VIDA

Había caminado toda la tarde con la certeza que todo estaba perdido, porque se dio cuenta que la vida era una vía de innumerables carriles con vacíos tenebrosos y señales de tránsito que no lograba descifrar. Cuando ya no pudo con tanta angustia quiso suicidarse, pero antes de dar el paso definitivo reparó en una señal que decía: "Pare, abismos sin destino". Entonces decidió que era preferible una muerte más segura y siguió caminando por las callejuelas estrechas y oscuras de la ciudad.
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