
Ahí esta la plaza en la que tantas faenas toreras se han librado cada tarde de domingo durante los meses de enero y febrero y un poco más allá la cúpula que insinúa la bóveda celeste en el Planetario Distrital de la capital colombiana y pasando la carrera séptima, dos cuadras más abajo, está el Edificio Colpatria, el más alto de la ciudad.
El verde que insinúa y el ladrillo que se levanta vigoroso.La naturaleza insinuada de los bordes de la ciudad y las edificaciones que indican indefectiblemente que allí está el agite y el miedo.
Detrás de estos árboles hay una Bogotá más tranquila. Al otro lado, tardes inútiles de gloria torera, tardes de presuntos heroes que salen por la puerta grande y que después nadie recuerda.
!Lástima que estos árboles no pudieran hablar del miedo y de los sueños!
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